Yo lo vi en directo. Estaba en un piso viendo el partido con un grupo de seguidores del Barça que querían a toda costa la derrota del equipo blanco. Yo, ni fu ni fa, disfrutaba del un buen partido. Entonces, al final de la primera parte, llegó aquel gol a lo Oliver y Benji. Fue un gol psicológico. El mejor que he visto en directo en mi vida. Siempre he creído que influyó la buena suerte. No obstante, sólo un jugador magistral es capaz de aprovechar aquello y, a pesar de la buena suerte, ser capaz de marcar un golazo. Aquí tenéis uno de los muchos vídeos del gol que podéis encontrar en Youtube:
Pero hoy no voy a hablar de ese gol. Voy a hablar del último partido del jugador marsellés. Cuando, en el último partido de su carrera, fue expulsado por tarjeta roja directa al pegar un cabezazo (que pasará a la historia) al jugador italiano MARCO MATERAZZI. Aquí tenéis el vídeo (en HD) con toda la polémica:
Al parecer, el jugador italiano estuvo provocando verbalmente al francés todo el partido. Al final, Zidane no pudo más y le dio una lección.
Y es que en la vida real nos pasa lo mismo: la reacción ante una injusticia hace que el justo quede como malo. La situación la debería haber zanjado el árbitro pero no ocurrió tal. ¿qué hacer cuando no hay justicia y hay que terminar con una situación injusta?
Creo que Zidane se equivocó. Ahora... siempre me quedará la duda de si el francés espero al final del partido para zanjar la cuestión con Materazzi.
Doce años han pasado de la volea en la final de la Champions. Parece que fue ayer. No. Ayer ganó el Atlético de Madrid. Enhorabuena a los colchoneros.
Ah! Y volveré a esta entrada. ¡Guardaos de la ira del hombre justo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario