domingo, 24 de abril de 2011

Desconexión

Hoy va una breve entrada para no perder la costumbre de escribir todos los fines de semana. Estoy de vacaciones en un lugar sin internet y casi sin teléfono recargando pilas y aprovechando para aprender las singularidades de Objective-C, el lenguaje de programación de Apple. La semana que viene volveré a la carga.

domingo, 17 de abril de 2011

Aprender a descansar

DUSTIN HOFFMAN protagonizó en el año 1995 una película titulada ESTALLIDO (en inglés Outbreak) junto con RENE RUSSO, MORGAN FREEMAN, KEVIN SPACEY y DONALD SHUTERLAND. No es mi intención hacer una crítica del film, sino comentar una escena que me va a servir como punto de partida para la entrada de esta semana.

El guión fue un tema de moda durante los noventa y como consecuencia de la aparición del SIDA y otras enfermedades infecciosas. La película trata de como se expande un virus mortal por la costa oeste de los EEUU y de como el equipo de Dustin Hoffman trata, a contrareloj, de obtener una vacuna que lo pare. La situación es de extrema tensión y se ve como el protagonista, cansado y con varios días sin dormir, prefiere parar y descansar unas horas a equivocarse y cometer un descuido como le ocurre a su colaboradora. Dicha colaboradora (Rene Russo) se infecta y cae enferma. El protagonista, Dustin Hoffman, se levanta después de unas horas de plácido sueño y descubre el antídoto.

Evidentemente, la ficción nos muestra situaciones exageradas y con desenlaces felices o dramáticos. La realidad suele ser más "gris" pero los comportamientos humanos son una constante universal.

A lo que voy es que, por cuestiones de la luna llena, la Semana Santa de este año cae muy tarde y prácticamente no ha habido ningún día de fiesta desde el día de Reyes. Los que nos dedicamos a la docencia notamos que la gente (profesores y alumnos) tenemos unas cotas de agotamiento fuera de lo normal. Supongo que el resto del mundo, aunque no se dedique a tareas docentes, está acusando la falta de descanso.

Esta falta de descanso, se traduce finalmente en falta de competencia. Se multiplican las equivocaciones y los descuidos. Entran en juego el nerviosismo y mal humor. Y es que no tenemos bien asumido la necesidad del descanso diario y la "desconexión" cotidiana. Quizás porque en la sociedad que nos ha tocado vivir, está mal visto el ocio (y digo esto muy consciente de lo que digo) y está muy bien visto que la gente continúe en su puesto de trabajo hasta altas horas de la noche (¿recuerda el lector un anuncio de Coca-Cola en el que se aplaudía al que se iba del trabajo a la hora que le tocaba?). De ahí que nuestro país tenga una producción muy pobre (bueno, hay más factores, claro). Compensa trabajar menos horas bien planeadas que muchas y no dejar a la gente vida propia.

Tengo pensado escribir sobre lo que entiendo por "profesionalidad" y sobre un diálogo de CON-AIR que tiene que ver con esto (¡SI!), pero para rematar la entrada ahí os va mi experiencia personal sobre la "desconexión":

Durante la elaboración de mi Tesis Doctoral, tenía dos maneras de desconectar: una consistía en quedar con un buen amigo a última hora de la tarde (a eso de las ocho o las nueve), cenar algo sencillo y meternos en el cine a la sesión de las diez cualquier día entre semana (un martes o un miércoles, por ejemplo). Venía bien cualquier película "de tiros". Que el lector se imagine que gentes se puede encontrar uno un miércoles a las diez de la noche en el cine, pero es lo de menos. En aquella época nos vimos BLADE, HORA PUNTA, EL COYOTE (sí: el Coyote), GODZILLA, INDEPEDENCE DAY, BATMAN FOREVER, DEMOLITION MAN y un montón más que no recuerdo. Terminábamos a las doce o doce y media y ¡a dormir!. Al día siguiente, uno se levantaba con las "pilas cargadas" y con renovadas energías.

La otra manera que tenía de desconectar era irme a jugar al billar con mi amigo Iñaki. Iñaki era un alumno de ingeniería que, a eso de las tres y media de la tarde pasaba por mi despacho y dejaba su taco de billar encima de mi mesa. Me decía: "a las ocho pasaré a recogerlo". Eso significaba que seguir trabajando o irme con él a jugar al billar era cosa mía. El caso es que a los ocho me iba a jugar al billar durante un par de horas y tomar un par de cervezas. Casi siempre me daban unas palizas de impresión porque Iñaki jugaba muy, pero que muy bien. A veces, hasta le ganaba alguna partida. Luego me iba a casa, dormía como un recién nacido y al día siguiente, otra vez como nuevo.

Muchos me dirán que las circunstancias del soltero son distintas que las del casado con hijos y que no es fácil desconectar, pero... ¿acaso no somos seres inteligentes? A mi me ayuda este blog a desconectar. ¿y a los lectores? Ya sabéis: hay que aprender a descansar.

domingo, 10 de abril de 2011

A todos los que sonréis... ¡GRACIAS!

Esta semana, y por tercera vez este año, he tenido que ir a la nave de la ITV para pasar la Inspección a los tres vehículos que pululan por mi casa: el mío, el de mi mujer y el de mi suegro.

No quiero dejar pasar la ocasión de destacar la profesionalidad y buen hacer de la gente que se pasa todo el día en una tarea bastante monótona y repetitiva, en la casi-intemperie (digo "casi-intemperie" porque, aunque es una nave bastante grande, es como si no tuviera paredes). Las tres veces (y supongo que será un buen dato para huir de la casualidad) me han tratado con mucha amabilidad, sin brusquedad y, lo que es más importante, con respeto.

En los días que corren, todo esto es importante. Existe mucha gente anónima que nos hace la vida más fácil y, además, lo hacen con buenas maneras. Recuerdo igualmente, el día que fuí a sacarme el pasaporte el último verano (hasta ahora no me había movido de la CEE, que le vamos a hacer). La oficina en la que se expede el DNI, pasaportes y otros documentos siempre tiene unas colas de impresión además de tener gentes de todo tipo. La paciencia con la que los agentes de policía y funcionarios hacían que todo fuera bastante bien "engrasado" era admirable. Lo que más me llamó la atención es que se imponía orden sin tener que levantar la voz y el ambiente era tal que la gente hacía sus papeleos sin nerviosismos y de manera ordenada.

A lo mejor son casualidades y cualquiera que lea esta entrada se acuerda de algún pariente de algún funcionario, pero creo que es de justicia agradecer la labor de estas gentes, muchísimas, que están de cara al público.

Los mecánicos de la ITV, los que nos venden las entradas en el cine, camareros en bares y restaurantes, los chicos de las gasolineras, la gente que nos atiende en las distintas delegaciones de los ministerios, los que nos cobran en los peajes, los que gestionan las colas y las atracciones en los parques temáticos, farmaceúticos, cajeras en los centros comerciales, enfermeras, celadores en los hospitales y un tan largo etcétera de gentes anónimas que, de cara al público, nos dan servicios todos los días.

Si además, todo esto se hace con una sonrisa, la vida es más fácil. Sobre todo en los tiempos de pesimismo y depresión que corren. A todos los que sonréis... ¡GRACIAS!

domingo, 3 de abril de 2011

Dotes adivinatorias y prerrogativas especiales

Antes de entrar en materia, voy a contaros mi curriculum. Como en "Algunos hombres buenos", lo hago para que creáis que soy bueno.

Me saqué el carnet de conducir en Noviembre de 1991. Llevo casi 20 años de carnet. Mi primer coche fue este:



Realmente no era estrictamente mío, primero fue de mi tío, luego de mi primo y luego de mi hermana. Lo conseguí abollar de todas las maneras posibles. Le dí a una valla, a una farola (las farolas son muy duras), y algún que otro coche sin más daños que los sustos correspondientes. Al final murió en la inundaciones del barrio de Amara del año 1992 (de hecho, la foto que sacamos fue lleno de barro en el garaje en el que estaba). El pobre Ford Fiesta no dio para más.

Mi segundo coche fue este:


Bueno, no volveré a tener un coche como el Sierra: tracción trasera (derrapaba en las rotondas que daba gusto), un maletero que parecía un campo de tenis (el portón daba mucho juego) y sobrio pero muy cómodo. Le hice un montón de kilómetros. Y con el, la segunda multa por exceso de velocidad en la autovía entre Burgos y Valladolid. Y eso que vi el coche de la Guardia Civil en el arcén.

He dicho que me pusieron con el Sierra la segunda multa porque, entre el Ford Fiesta y el Ford Sierra, solía conducir el Opel Corsa de mi madre. Con el Corsa ya me pusieron mi primera multa por exceso de velocidad. Se me ocurrió pasar el túnel de Malmasín, un sábado después de una cena, a 120 km/h cuando había unos 80 más grandes que yo.

El Sierra dio mucho juego: aprendí a cambiar de marcha sin pisar el embrague. Aprendí a tocar el freno con el pie izquierdo, mientras aceleraba. Aprendí que los tracciones trasera no se entran en la curvas bien, sino que hay que forzarlos... ahora... salen a toda velocidad.

No sabría a ciencia cierta cuántos kilómetros hice con el Fiesta, el Corsa y el Sierra, pero fueron muchísimos. Además, un par de golpes (el morro del Sierra lo destrocé contra un Clio) también me enseñaron a tener cuidado...

En cualquier caso, si que tengo que decir una cosa. En los años noventa, la gente era muy educada al volante. Los camioneros te indicaban con el intermitente cuándo podías pasar. La gente guardaba más las distancias y en ciudad se iba de manera más fina...

Quería poner esto para que el lector vea que llevo muchos kilómetros a la espalda y que he conducido todo tipo de coches (no sólo los que he tenido, sino también los que me han dejado: de todo tipo de tamaños y potencias). Ahora voy con el tema de la entrada:

SE HA PERDIDO TODA EDUCACION AL VOLANTE

Y no sólo eso, la gente no sabe conducir. O no sabe, o se cree con ciertos derechos al tener ciertos coches.

Lo de "dotes adivinatorias" va porque hoy en día (o por lo menos, en la ciudad en la que me muevo que es Pamplona) lo del intermitente es un extra que llevan los coches y que se utiliza menos que el airbag. Uno desarrolla un olfato alucinante: ya no es necesario que la gente ponga el intermitente (o, incluso, que alguno lo ponga al revés de lo que va a hacer): uno "adivina" lo que va a hacer el conductor que va por delante.

También se adivinan los comportamientos: yo ya sé si el que va a 30 Km/h por la autopista haciendo "eses" dentro de su carril tiene manos libres o no. Es notable la cantidad de gente que va DISCUTIENDO (no ya hablando) por el móvil. La casa PARROT se debería anunciar con grandes carteles en las carreteras.

Por pura observación, he llegado a la conclusión que la agresividad al volante en las mujeres es creciente. Es más: las que llevan niños al colegio por las mañanas especialmente.

Capítulo aparte son los que conducen furgonetas. ¿sabrán estos señores que muchos llevan la representación de su empresa en el vehículo? Pues si trabajan como conducen, créanme que yo no contrataría a muchos...

Lo de las prerrogativas especiales va por los que se compran ciertos coches: sobre todo berlinas de lujo y todoterrenos de alta gama. Creo que la compra de un vehículo de estos lleva aparejado un tipo de prerrogativa por las que hay que dejarles paso en las carreteras, autovías y autopistas. Que yo sepa, a los únicos vehículos que hay que dejarles paso, además de bomberos, ambulancias y policías, es a los autobuses urbanos.

Por cierto, los autobuses (tengo fichadas varias compañías Navarras) no saben que llevan un vehículo de muchos metros y varias toneladas y que tiene especial dificultad en coger curvas. ¿ha leído el lector las noticias sobre accidentes de autobuses? Todas comienzan: "Por causas desconocidas..." No hay que ser un genio para saber que la velocidad no es buena cuando entran en una rotonda...

Además, diré que si uno sigue escrupulosamente las indicaciones de tráfico, es pitado, mirado con mala cara, con luces largas cada dos por tres e insultado de diversas maneras.

(un paréntesis... no he dicho nada de como la gente deja "tirado" el coche en los aparcamientos porque podéis verlo por vosotros mismos aquí:

http://www.aparcascomoelculo.com/

fin del paréntesis)

Pues eso: que conduciendo uno al final desarrolla habilidades nunca antes soñadas. Y no olvidéis lo que os digo cuando venga el inmenso todoterreno a 150 Km/h (y consumiendo una media de 15 litros/100 Km) dandoos luces y pitando como loco... es que tiene prerrogativas especiales.