sábado, 23 de febrero de 2013

Cabreos varios

He de reconocer que, en ocasiones, me pongo de muy mal genio y me cabreo enormemente. Las más veces en el coche, y es que la gente es MUY maleducada y MUY agresiva. Sobre todo si el que conduce lleva un BMW serie 7 (y que conste que no tengo nada en contra de este modelo de coche... todo lo contrario) con matrícula alcahueta (de esas que se reconocen fácilmente) y es que en dos ocasiones, en el mismo sitio, y con un mes de diferencia, me ha hecho exactamente el mismo avasallamiento. Parece ser que el sesentón que lo llevaba (y que conste que tampoco tengo nada en contra de los señores que tienen esa edad) tenía que demostrar que iba conduciendo un coche de 90000 euros. Enfín, si me lo vuelvo a cruzar y me vuelve a hacer lo mismo, publicaré la matrícula del coche para que tengáis cuidado si os lo cruzáis. Y si puedo, le sacaré una foto. Por cierto... diré en mi defensa, que si hay una señal de 40 en una curva peligrosa con una incorporación que el que la hizo tenía el cerebro en los pies, tengo todo el derecho del mundo a ir a esa velocidad. Si veo que un coche se me echa encima sobran las luces, los malos modos, los avasallamientos y las malas caras. Aquí os pongo la imagen de Google Maps del lugar en cuestión:



El segundo pataleo de hoy viene por Windows. Y es que no me queda más remedio que pasar por este sistema operativo ya que necesito utilizar un programa que sólo funciona bajo este SO. Señores de Microsoft, les voy a pedir dos favores: 1.- NO DIGAN QUE SU SO ES BUENO PORQUE NO ES VERDAD. Me he pasado dos días completos instalando actualizaciones y haciendo mantenimiento del sistema. Tiempo QUE HE PERDIDO. Todavía no sé por qué razón no puedo conectar la red (por cable) de mi lugar de trabajo. Y, para colmo, el antivirus ha detectado como amenaza "Python.exe". El colmo. 2.- Por favor: NO PIENSEN POR MI. Si quiero meter un virus en mi ordenador, déjenme esa libertad. NO QUIERO PASAR POR EL ARO DE MUCHAS OPCIONES QUE USTEDES TOMAN Y QUE NO SON BUENAS. No estoy para perder el tiempo queridos señores de Microsoft. Tomen nota:

domingo, 17 de febrero de 2013

Más estrellas que en el cielo (2ª parte)

El día 27 de Octubre de 2012, publiqué en este blog una entrada titulada "Más estrellas que en el cielo". Podéis consultarla aquí.

Resumiendo: se trataba de encontrar el nombre de todos los actores que aparecían en una foto de la MGM en los años cuarenta. Para que los lectores pudieran tomarse su tiempo, habilité una dirección de correo electrónico en la que se podían poner las respuestas.

Pues bien, tres meses después, sólo ha habido dos mensajes que incluyen la totalidad de los nombres. Lo que más me ha llamado la atención, no es que sólo haya habido dos respuestas, sino que los que contestan son expertos informáticos y no expertos en cine.

La primera de las respuestas, remite a la siguiente página: http://twentytwowords.com/2012/05/11/a-1943-group-photo-of-65-movie-stars/ y la envía una persona que usó un buscador poco común (no dice cual, pero no es Google).

La segunda de las respuestas, es de una persona que utilizó una herramienta llamada "Tin Eye": http://www.tineye.com

Esto me lleva a una conclusión importante: en el mundo de hoy, el manejo (y conocimiento) de las herramientas es fundamental. Lo más llamativo es que están a nuestro alcance, pero, o no las sabemos usar, o no conocemos su existencia. Probablemente esto lleva a que muchas veces estamos haciendo trabajo innecesario por no tener algún experto a nuestro alrededor o tener una red de conocimiento.

En mi faceta de programador, muchas veces me han pedido herramientas específicas. Casi siempre he contestado que, lo más probable, es que ya exista algún programa que haga lo que el cliente pide. Y realmente, suele ser así.

Dos cosas para terminar: la primera tiene que ver con la película "Contact". Basada en el libro de CARL SAGAN. En dicho filme, la protagonista centra sus investigaciones en la búsqueda de vida extraterrestre. Sin embargo, su Tesis Doctoral tiene que ver con el desarrollo de  una herramienta para potenciar el alcance de los telescopios. Uno se desvía de la línea central de su trabajo para crear la herramienta que necesita. No es infrecuente. En mi carrera como profesor universitario, he encontrado situaciones parecidas.

La segunda de las cosas que quería comentar es que, en el mundo en el que vivimos, el bosque no nos deja ver los árboles. Vamos tan rápido que no nos paramos a pensar las maneras correctas de hacer las cosas. Y muchas veces tendremos que pensar despacio para luego correr... el problema es que, ni siquiera nos paramos a pensar las cosas. Y yo me pregunto: ¿para qué tenemos la cabeza?

domingo, 10 de febrero de 2013

Hobbies

Hoy, para empezar, voy a poner una serie de blogs, páginas web y algún que otro vídeo que suelo seguir con cierta regularidad. Acerca de ellas y del debate que tuve el viernes pasado hablaré después. Me gustaría que el lector dedicara unos minutos a verlas y que reflexione acerca de lo que le parecen. Ahí van:

* Creative Park de Canon: Creative Park (adjunto el enlace al modelo que estoy haciendo muy muy muy muy poco a poco: Himeji Castle. Animo al lector a mirar los pdf's)

* Paper Replika: Paper Replika y uno de sus modelos estrella: Optimus Prime

* Paper Hobby y una de sus últimas creaciones: Portaaviones Enterprise

* La página oficial de Yamaha tiene una sección de recortables

* Un avión teledirigido

* Una de las maquetas de tren más bonitas que he visto nunca: Alikante Model Train y alguno de sus vídeos

* Un constructor de dioramas

* Un especialista en pintura, electrónica y diseño: Maqueta Marklin Z

Bueno. Me he centrado en dos de los hobbies que más conozco: los recortables y los trenes. El aeromodelismo, de momento, no me fascina tanto. Estoy estudiando electrónica y la estoy encontrando apasionante. En cualquier caso, por el mundo hay una cierta cantidad de locos que están apasionados con alguna historia y le dedican horas y horas.

La pregunta surgió el viernes cuando un compañero de trabajo me preguntó: "¿Y esta gente no tiene vida social?" Y también: "¿Pero, realmente, hay gente que se dedica a esto de manera no profesional?"

La verdad es que me yo mismo me sentí interrogado. Realmente un servidor si que tiene vida social y tengo muchos amigos en Facebook, además de que, como profesor universitario que soy, no me queda más remedio que tener ciertas dotes de relaciones públicas. Y sí: cuando hago recortables o pienso en como conectar los desvíos de mi maqueta de tren, no lo hago de manera profesional, es más: me cuesta dinero.

Los hobbies son una expresión de las cosas que nos apasionan. Cosas que nos completan como personas y que nos ayudan a sobrellevar la vorágine diaria. No creo que estén reñidas con las relaciones sociales y, precisamente, el no ser de índole profesional, las hacemos más a gusto.

No es obligatorio tener un hobby, que duda cabe, pero en la vida hay que encontrar esas cosas que nos apasionan y que nos enriquecen. Puede ser la pintura, un arte marcial, estudiar historia, programar, arreglar todos los electrodomésticos de los vecinos o montarse un vídeo mientras se construye una moto jet de "El Retorno del Jedi". ¿Cuál es vuestra pasión?

domingo, 3 de febrero de 2013

¡HONOR!

Durante la semana, y debido a que estoy en pleno proceso de cambio de operador de telefonía, pensaba hablar del culebrón que suponen todos los sabrosos ingredientes que orbitan alrededor de este tipo de compañías. La verdad es que es realmente instructivo el darse cuenta de la cantidad de tópicos que existen y de las malas praxis que se están utilizando.

En cualquier caso, uno da una patada a la web y encuentra cientos de miles (¡nada menos!) de blogs, foros de discusión, artículos en periódicos digitales y lo que uno quiera sobre este tema. Así que voy a hablar de otra cosa. Algo que, en los días que corren, no está NADA de moda.

Me refiero al título de la entrada: el HONOR. Con mayúsculas. Quizás porque el honor real no se pueda escribir de otra manera. Y quizás porque es el momento de recuperar lo que en realidad subyace dentro del ser humano.

La historia vino de casualidad. A través de uno de esos correos electrónicos que uno recibe rebotado de la inmensidad de la web y que llega porque un amigo te ha incluido en su lista de direcciones.

Leí con muchísimo interés la historia y me paré a comprobar las fuentes... ¡y las encontré! A continuación, os copio la historia. Me gustaría añadir que, el pensar en los muchos personajes que aparecen en la opinión pública diaria, me produce una auténtica sensación de asco cuando los comparo con los personajes de nuestra historia de hoy que se vieron envueltos en el horror de una gran guerra. Nuestros políticos, mandatarios famosos y otros... no nos miran de frente, no afrontan los riesgos con valentía, muchos nos mienten... Bueno, leed el relato y sacad vuestras propias conclusiones. A mi me ha emocionado.

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El 20 de diciembre de 1943, despegaba del campo de aviación RAF Kimbolton (Inglaterra) el bombardero B-17, llamado Ye Olde Pub, de la United States Air Force (USAF) con la misión de bombardear una fábrica de aviones en Bremen (Alemania). La tripulación de la aeronave estaba compuesta por Bertrand O.Coulombe, Alex Yelesanko, Richard A. Pechout, Lloyd H. Jennings, Hugh S. Eckenrode, Samuel W. Blackford, Spencer G. Lucas, Albert Sadok, Robert M. Andrews y al frente de todos ellos el joven teniente Charles L. Brown.


Consiguieron realizar la misión pero a un alto precio… el artillero de cola había muerto y 6 tripulantes más estaban heridos, el morro estaba dañado, dos motores fueron alcanzados y de los dos restantes sólo uno tenía suficiente potencia, el fuselaje estaba seriamente dañado por los impactos de las batería antiaéreas y los cazas alemanes, incluso el piloto Charlie Brown llegó a perder la consciencia momentáneamente. Cuando Charlie despertó consiguió estabilizar el avión y ordenó que se atendiese a los heridos.


Cuando pensaba que bastante tendrían con mantener la aeronave en el aire, llegó lo peor… un caza alemán en la cola. Todos pensaron que ya había llegado su momento, pero el caza en lugar de disparar se puso en paralelo del bombardero. Charlie giró la cabeza y vio cómo el piloto alemán le hacia gestos con las manos. Así se mantuvo durante unos instantes, hasta que el teniente ordenó a uno de sus hombres subir a la torreta de la ametralladora… pero antes de poder cumplir la orden, el alemán miró a los ojos a Charlie le hizo un gesto con la mano y se marchó. A duras penas, y tras recorrer 250 millas, Ye Olde Pub consiguió aterrizar en Norfolk (Inglaterra). Charlie contó a sus superiores lo ocurrido pero éstos decidieron ocultar aquel acto de humanidad. Pero el teniente no lo olvidó… ¿Por qué no los había derribado?



En 1987, 44 años después de aquel suceso, Charie comenzó a buscar al hombre que les había perdonado la vida a pesar de no saber nada de él y, mucho menos, si todavía estaba vivo. Puso un anuncio en una publicación de pilotos de combate:

Estoy buscando el hombre que me salvó la vida el 20 de diciembre de 1943.

Desde Vancouver (Canadá), alguien se puso en contacto con él… era Franz Stigler. Después de cruzar varias cartas y llamadas de teléfono, en 1990 lograron reunirse.

Fue como encontrarse con un hermano que no veías desde hace 40 años

Tras varios abrazos y alguna que otra lágrima, Chrarlie le preguntó a Franz: ¿Por qué no nos derribaste?

Franz le explicó que cuando se puso en su cola y los tenía en el punto de mira para disparar, sólo vio una avión que a duras penas se mantenía en el aire, sin defensas y con la tripulación malherida… no había ningún honor en derribar aquella aeronave, era como abatir a un paracaidista. Franz había servido en África a las órdenes del teniente Gustav Roedel, un caballero del aire, que les inculcó la idea de que para sobrevivir moralmente a una guerra se debía combatir con honor y humanidad; de no ser así, no serían capaces de vivir consigo mismos el resto de sus días. Aquel código no escrito les salvó la vida. Trató de guiarlos para sacarlos de allí, pero tuvo que desistir cuando se acercaban a una torre de control alemana; si hubiesen descubierto a Franz habría supuesto la pena de muerte.

Durante varios años compartieron sus vidas y en 2008, con seis meses de diferencia, fallecieron de sendos ataques al corazón. Franz Stigler tenía 92 años y Charlie Brown 87.