domingo, 29 de julio de 2012

Poderoso caballero

Uno de los hechos de la historia que más me ha impactado ha sido la compra, por parte de los Estados Unidos de América, de Alaska a los Rusos. En 1867 y por casi 10 millones de dólares, la Rusia de los Zares vendió aquello que menos le rentaba para poder pagar las costosas guerras en las que se habían metido. Ni que decir tiene que si hubieran podido adivinar lo que iba a ocurrir 50 años después (la revolución bolchevique en 1917) y la situación de guerra fría casi un siglo después, probablemente se hubiera actuado de manera muy distinta.

¿Se imagina el lector Alaska en poder de la Unión Soviética en la década de los sesenta?

A lo que voy es que, para bien o para mal, el dinero es un poderoso gobernante en los días que corren. Y la impresión que tengo cada día que pasa, es que, cada vez más, estamos en manos de los que ostentan el poder económico. Ni democracia (palabra desgastada), ni ideales, ni derechas, ni izquierdas, ni nada... aquí la que manda es la pasta. Me remito a la entrada "Sin pasta no hay Supermán" de mi propio blog. Les pasó a los Zares en la Rusia del siglo XIX: se quedaron sin dinero... dinero que tenían los yankees.

Ultimamente recuerdo a mucha gente lo que pasó con Alaska. También insisto en que "el dinero es muy terco" ya que es el que nos está marcando los pasos de hacia adonde vamos. También les recuerdo la frase de "Matrix Reloaded": ¿Qué quieren los hombres con poder?... ¡MAS PODER!

domingo, 22 de julio de 2012

La montaña rusa Cántabra

Esta entrada está dedicada a todos aquellos que piden los 140 Km/h de velocidad máxima en autopistas y autovías.

Y es que he discutido mucho con ellos argumentando que la velocidad en nuestras carreteras y vías rápidas no es una cuestión puramente técnica sino que hay un componente muy fuerte de educación. Evidentemente, también es una cuestión técnica no sólo por la edad de nuestro parque móvil sino también por la orografía de nuestro país y las posiblidades de trazados.

El sábado pasado tuve ocasión de viajar entre Santander y San Sebastián. No era la primera vez que lo hacía, pero sí que fue la primera vez después del debate del 140 famoso.

ES UNA MONTAÑA RUSA. Tal cual. Sobre todo en el trazado entre Bilbao y Laredo. La recién estrenada Shambhala en Port Aventura, no da sensaciones tan fuertes. Es más, en la citada montaña rusa no tienes pegado detrás de ti al autobús que va de Bilbao a Castro Urdiales dándote luces por el carril derecho...

En cualquier caso, me reafirmo en mi posición. No se puede subir el límite de velocidad en autopistas y autovías de manera generalizada. Hay tramos en este país de trazado muy complicado, de alta densidad de tráfico e, impregnando todo esto, una muy mala educación al volante y una agresividad muy clara.

Para que los partidarios del 140 se queden tranquilos, sí que les diré que hay tramos en los que sí subiría el límite: la autovía entre Burgos y León, la autopista entre Bilbao y Zaragoza (a partir de la entrada en La Rioja hasta Zaragoza) y la autopista entre Pamplona y Zaragoza, algunos tramos de la autopista entre Zaragoza y Barcelona y, dependiendo de la densidad del tráfico, la autopista del Mediterráneo.

Posiblemente, existan muchos más tramos que desconozco. No sé cómo estará de bien o mal conservada la autovía de Madrid a Andalucía con tramos de largas rectas. El otro día pasé por la variante supersur de Bilbao y quedé gratamente sorprendido... aunque no sé cómo llegué allí ni vi la señal de peaje en ningún sitio para poder evitarlo... en cualquier caso, me libré de todos los radares de la circuvalación de la capital Bizkaina.

Pues eso. Y sobre todo: mucho cuidado estos días de verano. Que podamos contarnos todos a la vuelta lo bien que lo hemos pasado... que el sol es gratis.

sábado, 14 de julio de 2012

Desahogo

Como hablar de la situación politico-económica actual me pone muy nervioso, hoy sólo os voy a recomendar un par de métodos de desahogo:

1.- Saco de boxeo o puching ball. Para ello hay que disponer de algo de espacio y proveerse de unos guantes o ser como MICKEY (BRAD PITT) en "Snatch: cerdos y diamantes". Uno se desfoga sacudiendo a base de bien.

2.- Diana de dardos con una foto (o varias fotos) a las que asar a dardos (de punta metálica, naturalmente... no valen esas modernas que son con muchos agujeritos y los dardos de plástico). Ayer estuve viendo la película de MATT DAMON "Un lugar para soñar" y recordé que, efectivamente, la gente lo utiliza de método terapeútico.

Así que, aprovechar antes del 1 de septiembre, y haceos con uno de estos porque vamos a tener que tragar mucha bilis.

Para terminar, ¿Sabéis que esta semana me he acordado de "In Time"? No se puede hacer un presupuesto de gastos digno porque nos cambian los precios a cada minuto... ¡A apretarse el cinturón!

domingo, 8 de julio de 2012

Una nueva experiencia

La vida se forja a base de experiencias. Sucesos que van apareciendo a lo largo de nuestra existencia que conforman nuestro carácter, nuestras decisiones y nuestro devenir. La clave de una experiencia es que hay que "sufrirla" en persona. No vale verla en el prójimo, hay que pasarla por uno mismo.

Hace unos días viví una de estas experiencias que, de algún modo, te dejan una cierta huella: tenía un panal de abejas en el jardín, en un lugar complicado y estuve ayudando a un vecino, experto (expertísimo) en el tema, a quitarlas. Me llamó mucho la atención la forma de trabajar del vecino: señor de cierta edad, amante del campo y conocedor de las abejas. En ningún momento se le vio nervioso o con prisa.  Bien es cierto que la premisa que me dio antes de ponerme el mono (que más bien parecía la escafandra de "2001") fue: "si te pones nervioso o haces movimientos bruscos: te picarán." Además, el mono le deja a uno las manos al descubierto, con lo cual es mejor hacer caso.

Fueron casi tres horas de estar rodeado de un continuo zumbido. El vecino cogía las abejas con las manos (con extrema delicadeza siempre), las acariciaba. Manejaba los panales como si fueran papeles de delgada seda. Siempre sin prisa, siempre moviéndose con tranquilidad. Después de esto, cualquier araña, mosca, polilla, avispa o bicho que pulule a mi alrededor me va a dejar indiferente: tener un enjambre de abejas alrededor ha marcado un nivel tal que el lo demás es cosa de niños.

Hay un par de conclusiones que he sacado de esto a las que no dejo de dar vueltas en la cabeza:
¿No podemos trabajar en esta sociedad occidental como si manejásemos un panal de abejas? Despacio. Con tranquilidad. Sin perder el tiempo y con pasos bien meditados.
La otra conclusión es que nos parecemos mucho a las abejas. Apelotonadas alrededor del panal. Trabajando sin descanso. Haciendo todas lo mismo.

Deberíamos ser apicultor y no abeja. O mejor: tomar un poco de cada mundo. ¿no creéis?

domingo, 1 de julio de 2012

Pataleos, dos.

Hace un par de días pude comprobar in situ, o mejor dicho, on board, la conducción de los chóferes de los autobuses urbanos de Pamplona. Es atrevido extrapolar lo que voy a contar a continuación pero el lector sabrá si lo que digo es cierto en otras capitales, o no.

La gran presencia de radares (ya sean fijos o en coches de la Policía Municipal) en toda la capital Navarra es significativa. Se pretende que cumplamos a rajatabla los límites establecidos: máximo de 50 km/h dentro de núcleo urbano. ¿Por qué razón los autobuses municipales se saltan constantemente dicha limitación? Conduciendo mi coche por las avenidas de Pamplona me daba esa sensación pero ya montado en un autobús, lo pude constatar. ¿Es que tienen algún tipo de derecho en cuanto a la velocidad?

Soy consciente de que existe una normativa municipal que obliga a los conductores a cederles el paso cuando salen de las paradas o se van a incorporar a una vía principal... pero lo de saltarse límites de velocidad: nada de nada. Por cierto: una cosa es que tengamos que ceder el paso a estos vehículos y otra muy distinta es que se te echen encima y parezca que la calle les pertenece. La chulería demostrada de como conducen se hace patente de forma constante.

Enfín, cuando os montéis en un autobús urbano agarraos fuertemente a lo que podáis.

El otro pataleo se refiere a los comerciales agresivos. ¿Os parece normal que te llamen a casa a las nueve de la noche para venderte nosesabemuybienque? Y no me refiero a que llamen al teléfono (que también cabrea bastante y que da para muchos pataleos) sino que se planten en la puerta de casa para convenceros de que necesitáis urgentemente lo que venden.

Ya os digo que esta forma agresiva de venta, por lo que a mi respecta, es contraproducente: es una forma de que no les compre nada ni hoy ni nunca. A ver si aprenden que cuando quiero algo lo busco por mi mismo: no me gusta que los demás piensen por mi (ni comprando cosas ni informáticamente hablando, por eso no me gustan los sistemas operativos de Microsoft que tienden a pensar por uno...).

Es una pena que los comerciales tengan que pagar las consecuencias de las políticas agresivas de sus jefes. Me consta que también los conductores de camiones van muy, pero que muy apretados de tiempo y muchas veces su forma de conducir va condicionada por ello. Los comerciales que se plantan en la puerta de tu casa o te llaman por teléfono es muy posible que "sufran" las políticas de la empresa. No sé si los conductores de autobuses urbanos están presionados por cumplir horarios... en cualquier caso, el ciudadano siempre a sufrir las consecuencias.