domingo, 14 de octubre de 2012

Fuga de neuronas

En muchas ocasiones la estupidez no tiene límites. Es más: se hacen cosas que no tienen ni pies ni cabeza simplemente para llevar la contraria. Entre la clase política estás premisas tienen unas raíces tan profundas que, basta que el contrario haya hecho algo, para cambiarlo nada más llegar al poder con independencia de que sea bueno o malo.

Un lector de este blog me mandó hace unos días esta foto:


Se trata del nuevo sistema de recogida de basuras llamado de "puerta a puerta" y que está operativo en algunos pueblos de Guipúzcoa. Se ha puesto en marcha para ser altamente ecológicos y para poder reciclar de manera organizada.

Un servidor es muy partidario del reciclaje. Lo hago de manera sistemática. Es más, he detectado los problemas que tiene separar el papel, el vidrio, el plástico, la materia orgánica y, de vez en cuando, pasarse por un "Punto Limpio" para dejar aparatos eléctricos, baterías, pilas y otros objetos que no entran en la categoría de los contenedores de barrio.

El problema principal del reciclaje es la comodidad: es más cómodo ir tirando todo en el mismo cubo que tener que pensar (¡Ojo a la palabra "pensar"!) a dónde va cada cosa. Las amas de casa (y los amos, claro), con la vorágine diaria, no tienen tiempo para pararse a meditar estas menudencias.

El segundo gran problema del reciclaje está en el tamaño de los cubos de basura. En una visita a la recién estrenada casa de unos amigos, tuve ocasión de ver la cocina y los tres contenedores para el reciclaje debajo del fregadero: ridículos. En cuanto uno tira un par de botellas de Coca-Cola de 2 litros, se acabó lo que da de si el contenedor. Esto lleva a que uno se acaba hartando de los tres minicontenedores y lo sustituye por uno, de tamaño generoso, para tirar todo.

Así pues, como hay que ser ecologista y hay que reciclar "sí o sí", hay que inventar un sistema para obligar al ciudadano a ser ordenado y poner en práctica lo que decida la clase dirigente... se haya pensado bien o no.

Pues he de decir que este sistema "puerta a puerta" tiene sus ventajas a la hora del reciclaje. Y hace que el común de los mortales sea ordenado. No me ha parecido descabellado pero tiene muchas pegas. La más divertida la comentaba con el que hizo la foto: está bien para portales con pocas viviendas, pero... ¿y si estamos en un bloque de 17 pisos con ocho manos por piso? Realmente no es operativo. ¿Y si cocino pescado...? ¿Tengo que esperar al día que se recoja la materia orgánica para quitarme el olor de encima? Además, en cada poste de estos aparece en número del portal con el piso... ¿es que hay alguien que vigila si reciclo o no?

(Esto último, lo de la vigilancia, me recordó al artículo que apareció un día en un dominical analizando la basura de los famosos para saber que hacían con su vida. Sin comentarios.)

En cualquier caso, parece que la iniciativa tiene visos de ser buena, pero es susceptible de muchísimas mejoras antes de ponerse en marcha. A lo mejor esto es una prueba piloto y es sólo un ensayo de lo que podría llegar a ser. En cualquier caso, siempre parece que hay una masiva fuga de neuronas en muchos cerebros y que las cosas no se piensan hasta sus últimas consecuencias. Parece también que, a cualquiera que tiene una idea feliz, se le da carta blanca para ponerla en marcha. Haríamos bien en pensar bien las cosas antes de lanzarnos a ejecutarlas. Como decía un buen amigo mío: "Pensar despacio para caminar deprisa". Entretanto, seguiremos sufriendo intentos vanos de ordenar las cosas.

Una última reflexión: ¿por qué razón no están extendidos los compactadores de basuras domésticos? ¿Por qué razón no se ha ideado un sistema de prensar basura en casa para poder mejorar sistemas de reciclaje? ¡Hala! ¡A pensar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario