domingo, 10 de junio de 2012

Irena Sendler

Sería muy fácil empezar El Pataleo de hoy hablando de la situación económica. Van a ser tales los ríos de tinta (tinta digital, por supuesto) que se van a producir en los próximos días, que no voy a ser yo uno más. Voy a dar a esta entrada un cariz distinto.

Hace unos días cayó en la bandeja de correo de una de mis cuentas, uno de esos powerpoint que cuentan una de esas historias que no hacen más que perder el tiempo y que dicen, con fotos muy bonitas, como mejorar tu vida y como encontrar la fortuna con sólo reenviarlo a cientos de miles de personas infelices en todo el mundo. Sin embargo, este era distinto. No tenía fotos bonitas y contaba la historia de una persona real de la que nunca había oído hablar. Se trataba de la vida de IRENA SENDLER. He de confesar que la historia me estremeció de tal manera que, desde entonces, no he dejado de pensar en el ejemplo de esta mujer. En resumen, esta enfermera polaca rescató, del guetto de Varsowia durante la 2ª Guerra Mundial, a 2500 niños que, con toda seguridad, morirían en los campos de concentración nazis. Lo hizo con gran riesgo de su vida (de hecho, se salvó, milagrosamente, de morir fusilada). Podéis leer la historia en la todopoderosa Wikipedia: Irena Sendler.

De toda la historia de esta gran mujer, lo que más llama la atención es que, el año en que se propuso su nombre como candidato al Premio Nobel de la Paz, ganó, sin embargo, AL GORE. ¿por qué razón, un político que acaba envuelto en un escándalo de índole sexual y del que había enormes dudas acerca de su compromiso con el medio ambiente acaba "quitando" semejante premio a una mujer con una historia a sus espaldas que pone, cuando menos, la carne de gallina?

Lo que primero me vino a la mente fue la película de MICHAEL MOORE: Farenheit 9/11. Cuando fuí a ver aquella película al cine, la primera conclusión fue clara: el mundo lo gobiernan personas Y EMPRESAS que juegan en una liga de la que ni siquiera oímos hablar. Ni siquiera los políticos que diariamente pueblan nuestros periódicos forman parte de dicha liga. Hablaba hace unos meses ARTURO PEREZ-REVERTE de este asunto y venía a explicar (a su manera, claro) poco más o menos que las decisiones del devenir de los acontecimientos se juegan en otro nivel. No tengo el link a este artículo, pero el lector lo podrá encontrar indagando en la web. Así pues, ¿puede una persona con poder influir en la decisión de la elección del Premio Nobel?

Las conclusiones que, finalmente, aduje para que Irena no obtuviese el Nobel fueron de otra índole. Probablemente su condición de cristiana o que los judíos la tuvieran por heroína. En cualquier caso, sí que os puedo decir que cada vez que releo su historia no puedo evitar estremecerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario