domingo, 6 de octubre de 2013

El Chiringuito

Y no: no se trata de la canción del verano. Es más, he dudado con otros dos títulos:

"¿De qué se ríe Vd. Sr. Montoro?"

O mejor:

"¿De qué coño se ríe Vd. Sr. Montoro?"

Porque, no sé si el respetable público se habrá dado cuenta, pero siempre que sale el Ministro de Hacienda a las ruedas de prensa, aparece con una sonrisilla en la que se le nota el colmillo y todo. La situación económica del país, desde luego, es para preguntar que le hace tanta gracia porque a mi la situación no me da ninguna risa. Me voy a explicar.

Yo no sé si las descomunales cifras macroeconómicas son verdad o no. Me hablan de cientos de miles de millones de euros y me quedo igual (y si fueran pesetas en lugar de euros, también me quedaría igual). No obstante, hay una realidad que si me afecta y que me indica que las cosas no van bien: mi sueldo congelado desde hace cuatro años es una muestra. Las subidas constantes de absolutamente todo haciendo que mi poder adquisitivo sea día a día menor, es clara señal de que el estado de bienestar se tambalea (cada vez tengo menos bienestar). Pero lo significativo es que todo el mundo a mi alrededor está igual. Mirando el céntimo de euro.

Tener que apretarse el cinturón no es el problema. Problema en el que, como digo, coincidimos todos los españolitos. Si tenemos que dejar los caprichos, estirar hasta el infinito nuestros vehículos, comer pollo en lugar de solomillo y dejar las cañitas de los fines de semana, lo hacemos. Estamos dispuestos a sacrificarnos. Por lo que no pasamos y en dónde todos coincidimos es en que mientras la clase media está haciendo un esfuerzo notable, la clase política no da muestras de sacrificio. Ese es el problema.

Y es que entre nuestros diputados y senadores y demás mandatarios parece exisitir un auténtico chiringuito que no hay intención de desmontar. La semana pasada se presentaron los Presupuestos Generales del Estado y toda la prensa (la de izquierdas y la de derechas) vinieron a decir que vamos a seguir en la misma línea: cada vez más presión sobre los ya sufridos trabajadores. Recortes duros para la clase política: nada de nada. Eso sí: el señor ministro con una sonrisa de oreja a oreja... no tengo muy claro el chiste.

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